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El Sistema de Gestión de la Responsabilidad Social basado en la norma de referencia IQNet SR10 establece los requisitos para implantar un Sistema de Gestión que aboga por la responsabilidad social, el buen gobierno y la mejora continua. Desde su publicación en el año 2012, el estándar ha experimentado un destacado crecimiento a nivel nacional e internacional, siendo hoy en día un referente conocido en materia de responsabilidad social.

El estándar SR10 se apoya en tres elementos clave:

1. La identificación y priorización de los grupos de interés identificados, así como los principales asuntos e intereses para cada uno de ellos.
2. La elaboración de un código de conducta que contenga las pautas de actuación y conducta de los miembros de la organización en relación con los grupos de interés y los asuntos relevantes.
3. La priorización y planificación de acciones y objetivos en función grupos de interés, asuntos prioritarios y el código de conducta.

Como hemos comentado, el estándar referenciado exige el diseño e implantación de un Código de Conducta, que define y establece los principios que definen las pautas del comportamiento específico de una organización. El código de conducta complementa, pero no sustituye la legislación nacional o internacional aplicable, el diálogo social o la negociación colectiva.

La implantación de un estándar de Responsabilidad Social como SR10 proporciona a las organizaciones una correcta gestión de los grupos de interés, genera confianza e innovación, posiciona a la organización como empresa socialmente responsable, incrementa la fidelidad, la colaboración y satisfacción de los empleados, etc.

Además, un Sistema de Gestión de Responsabilidad Social supone una herramienta necesaria y muy útil para recabar la información necesaria para las memorias anuales de RSC, Memorias de Sostenibilidad o los llamados, según la legislación vigente, Reportes de Información No Financiera.